¿En serio crees que las ventas no tienen que ver contigo?
Corría el año 97 y terminaba mi tecnología en diseño textil, formación que escogí porque mis papás tenían almacenes de ropa, así que en mi mente seguramente estaba el hecho de seguir con el negocio familiar. Por esa misma época, se generó en mi país la “apertura económica” dando la posibilidad que entraran productos de otros países con aranceles muy bajos. Adivinen que… el primer sector que se vino al piso fuel el textil, generando una crisis importante en el negocio familiar. Tomé entonces la decisión de buscar trabajo y como cualquier persona usé el periódico más influyente del momento para hacerlo. De todos los avisos que leí el que más llamó mi atención decía: se necesitan jóvenes, sin experiencia para relaciones públicas; creí que encajaba perfectamente en ese anuncio inclusive sin saber que era “relaciones públicas” (obvio, mucho después comprendí que la palabra ventas era un tabú y era mejor reemplazarla por algo que sonara más bonito). Después de presentarme a la entrevista y hacer una capacitación de una semana terminé vendiendo cursos de inglés puerta a puerta. Cuando le contaba a mis amigos o algunos familiares lo que estaba haciendo, escuchaba expresiones como: ¡pobrecito!; otros me preguntaban que si era que no había estudiado nada. Muchas de esas voces casi logran convencerme de desistir, sin embargo, eran más mis ganas de salir adelante, además teniendo como referencia a los luchadores de vida que eran mis papás. Fue muy divertido escuchar como tiempo después, cuando empecé a tener resultados, recibía llamadas diciéndome: “Carlos, es que tengo un familiar desempleado, usted lo puede emplear donde usted trabaja, aunque sea en ventas? Me parecía curioso el uso de la palabra “aunque sea”, como haciendo referencia a una última y pobre opción. Tuve muchas experiencias, agradables y desagradables, aprendí a trabajar en la calle, sin sueldo fijo, sin telemercadeo o internet y crecí sin duda alguna; me considero una persona muy estable así que en los 15 años que fui empleado solo estuve en tres empresas. Pasé desde el puro cargo operativo comercial hasta ser Director de operaciones (ventas) de la más prestigiosa compañía de capacitación en Inglés en el mundo. Jamás me arrepiento de lo que viví y por más cargos que haya logrado o tenga, siempre seré orgulloso vendedor.
Hoy en día, con mi experiencia y conocimientos me causa mucha diversión (ya no es extraño) cuando escucho decir a alguien que: “no tiene nada que ver con el mundo de las ventas”, o que “no sirve para vender”; me imagino a quien dice eso como una persona sola en el mundo, viviendo en una montaña sin contacto humano alguno y como sé que eso es 99.9% imposible, entonces enseño con pasión que las ventas claro que tienen que ver con usted.
Para empezar, su nombre y apellido es también una marca, de hecho, está registrada con un número; una marca tan importante como la gaseosa de su preferencia, o su banco, o su operador de internet; cuando comprenda eso, es muy seguro que sus resultados cambien. Al ser una marca, usted también tiene clientes; los reconoce? Pues bien el listado sería algo extenso, pero que tal su pareja, sus hijos, sus papás, sus empleados, sus pares, sus compañeros de estudio, sus vecinos…
¿Qué hace entonces que una marca, como la de su comida favorita venda? Bueno, para empezar, conoce a sus clientes. Si una marca quiere permanecer en el mercado, entonces debe saber que un cliente le compra por dos razones exclusivas: o porque les gusta o porque les toca; si le compra porque le toca, quiere decir que no le importan sus clientes, pero si le comprar por que les gusta significa que esa marca les genera valor.
Tómese un segundo de tiempo y respóndase: las personas que están a su alrededor, están porque les gusta o por que les toca estar con usted? Qué valor les está generando a su esposa, hijos, vecinos, compañeros, etc.?
Porque la ecuación finaliza a veces de una manera no tan agradable: si usted como marca, no les genera valor a sus clientes, ellos tendrán todo el derecho a cambiar de marca; tal cual como lo hace usted cuando su marca de X cosa no cumple sus expectativas.
Agradezco haber tomado la decisión hace unos buenos años de aprender Programación Neurolingüística (PNL); aprendí a transformar mis creencias limitantes, las que estaban haciendo que viviera vendado ante muchas situaciones magníficas que la vida me proponía vivir. Gracias a la PNL pude mejorar mis resultados de vida y ni que decir de los comerciales, puede establecer mejores relaciones a todo nivel, comunicarme mejor, lo que a la larga significa que aprendí a venderme. Muchas de las herramientas de ventas que aprendí y muchas de las cosas de PNL que apliqué en el proceso de vender productos o servicios, las he utilizado en otros campos de mi vida, pudiendo verificar excelentes resultados.
Le invito a aprender sobre Programación Neurolingüística (PNL), ventas y la próxima vez que se le ocurra pensar que las ventas no tienen que ver con usted, entonces lo invito a pensar en sus hijos, pareja y en general en las personas con las que usted se relaciona, porque puede que ellos no le compren mediante una transacción que involucre dinero, pero con absoluta seguridad, encontrarán la manera de hacerle saber si están con usted porque les gusta o porque les toca, y eso es sin duda un cierre de ventas.
Carlos Alberto Maldonado R.
Licensed Master Trainer of NLP™
1 responses on "¿En serio crees que las ventas no tienen que ver contigo?"
Leave a Message
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Gracias Carlos. Así es!! En todo momento estamos vendiendo… como bien dices, somos una marca, cada vez que hablamos, opinamos, interactuamos con otros, estamos implícitamente vendiendo nuestra marca, creando experiencias en nuestros clientes, en cada momento atraemos, servimos y enamoramos a las personas de nuestros productos o servicios que ofrecemos; así que debemos estar atentos y despiertos para que lleguen a nosotros no porque les toca, sino porque los volvemos nuestros fans!!.